La Hermandad del Buen Fin celebra durante este fin de semana solemne veneración en honor al Santísimo Cristo del Buen Fin y a Nuestra Señora de la Palma.
En esta ocasión, la priostía de la corporación del Miércoles Santo ha instalado dos altares, uno para cada titular, presidiendo la talla que gubiara en 1645 Sebastián Rodríguez el altar mayor de la Iglesia de San Antonio de Padua y la Santísima Virgen, atribuida a Pedro Roldán el bajo coro del antiguo convento de la calle San Vicente.