En Sevilla y en otras muchas ciudades y pueblos de España los nazarenos y cofrades al desfilar regalaban alimentos. Era una forma de no asustar a los niños y también se hacía por generosidad, para compartir con otras personas el alimento. Al principio iban con cara descubierta pero luego acabaron cubriéndosela. En Sevilla se suelen regalar caramelos a los niños y la Hermandad de los Panaderos, para hacer honor a su noble oficio regalan picos de pan.