El Santísimo Cristo de la Exaltación alza su mirada al cielo de Santa Catalina mientras a sus pies dos sayones se afanan en asegurar el Santo Madero recién enderezado.Nuestra Señora de las Lágrimas, en compañía del discípulo amado, presencia la dolorosa escena junto a la Cruz.
Como describe la leyenda medieval, cinco claveles brotan a los pies de María allí donde caen cada una de sus Lágrimas.
La Santísima Virgen viste manto y saya bordados en oro en el taller de Jesús Rosado, sobre terciopelo burdeos y terciopelo de lyon color crema respectivamente.
La saya es la réplica de la pieza del taller de Hijos del Olmo de 1919 estrenada el pasado mes de octubre. A modo de toca de sobremanto, porta Nuestra Señora mantilla del siglo XIX, realizada en tul de algodón con bordados en hilo de oro y perlas.
Sobre la parihuela del paso de palio se levanta esta escena del Calvario en el momento de la Crucifixión. En el monte aparecen diversos elementos: la túnica de Jesús que echaron a suerte los soldados tras crucificarlo y las herramientas que usaron para hacerlo; una serpiente y una calavera, como símbolo de la victoria de Cristo a la muerte y al pecado desde su Cruz redentora.
El montaje se remata con los respiraderos, jarras y candelabros del paso de misterio, y el faldón del paso de palio de la Santísima Virgen.En esta ocasión el exorno floral presenta fresias, rosas, orquídeas cymbidum, proteas, alstroemerias y calas, todas en tonos rojizos; así como pittosporum, esparraguera meyeri, lentisco, kalanchoe, cardos y espinos. De nuevo, un precioso trabajo de Floristería Arrabal.